Muchas veces pienso en cómo me ven las demás personas, pienso... siempre sin importarme, sólo siento curiosidad.
Me gustaria discriminar menos. Me gustaria que me empiece todo a importar menos... y más. Menos, las palabras de rechazo. Más, las necesidades del corazón... las necesidades de la vida misma.
Dejar de lado mis opiniones respecto a ciertas formas de vida, de diversas ideologias... seria mentirme a mi misma y vivir fingiendo ser alguien que no soy. Y eso nunca... por más odio que despierte en algunas personas, nunca voy a dejar pasar algo que para mi no tendria que ser, nunca me voy a callar si me están buscando la palabra. Con esas ganas, no se tiene que dejar a nadie. Si te quieren conocer... si quieren que le des voz con fundamentos a lo que pensas; bienvenidos sean.
Lo único que me gustaria, es modularme más... amoldarme a la situación, tratar de hacer más llevadera la convivencia, pero nunca NO dejandome ser. Sólo darme cuenta más, que a veces no es callar si no saber cuándo hablar.
A dos meses, más o menos, de empezar una carrera donde continuamente se va a estar debatiendo... criticando, peleando, luchando... En una facultad pública, donde la mayoria de los alumnos-profesores, tienen una ideologia para nada parecida a la mia, voy a tener que rebuscarmelas por donde pueda... cómo sea. Entras en una edad donde todo lo que digas, se es más que escuchado y analizado, se tienen que elegir bien las palabras. Cuando se sigue un ideal , vivis con el, moris con el.
